En las últimas décadas estamos asistiendo a nuevas enfermedades o a un aumento de otras. La diabetes tipo 2, sobrepeso, dolores crónicos, procesos inflamatorios crónicos, alergias, intolerancias, esclerosis múltiple…..
Enfermedades de tipo metabólico, inmunológico, neuronal… están sufriendo un gran aumento, teniendo relación en gran parte con el cambio en los hábitos de alimentación y con el nexo de unión existente entre microbiota y nuestra salud.
Es el conjunto de microorganismos vivos que residen en el aparato digestivo, sobre todo en el intestino grueso, en el colón.
La microbiota es indispensable para el correcto crecimiento corporal, el desarrollo de la inmunidad y la nutrición.
Se trata de una población numerosa, diversa y dinámica de microorganismos, principalmente bacterias. Incluye unos 100 billones de bacterias de unas 500 a 1.000 especies distintas.
De ahí que una buena flora, sea una flora diversa, con muchas especies diferentes, ya que se requiere la acción de varias especies de bacterias, para realizar todas las funciones, deben trabajar en sinergia.
La microbiota intestinal ha pasado de considerarse un acompañante , a considerarse un «órgano metabólico» . Tiene funciones sobre la nutrición y el sistema inmunitario.
-FUNCIÓN NUTRITIVA O METABÓLICA
-FUNCIÓN DE PROTECCIÓN
La microbiota o flora intestinal humana comenzaría a colonizar el intestino en el momento del nacimiento, pero ciertos investigadores han observado que la transmisión de las bacterias comensales de madre a hijo podría realizarse a través de la barrera placentaria.
-EL PARTO:
Cuando el recién nacido nace vaginalmente, empieza a ser colonizado por la microbiota intestinal y vaginal de su madre. Sin embargo, cuando el niño nace por cesárea, primero está expuesto a la microbiota cutánea y al entorno hospitalario.
-LACTANCIA.
La alimentación por lactancia materna o fórmulas infantiles tendrá un impacto primordial en la composición de la microbiota del niño.
-ALIMENTACIÓN:
La transición de la lactancia a los alimentos sólidos, ricos en proteínas y fibra conlleva un aumento de la diversidad bacteriana intestinal. Los investigadores consideran que entre los dos y tres años de edad, la microbiota intestinal de un niño se asemeja a la de un adulto y se mantendrá estable en el transcurso de su vida adulta.La microbiota intestinal se enriquece a lo largo de los años pero siempre conservará una huella de su perfil precoz de la primera infancia.
Por eso la diversidad de la microbiota y su cantidad es única para cada individuo. El modo de alimentación , el medio ambiente y la forma en la cual venimos al mundo, modela la flora intestinal.
-MEDIO AMBIENTE:
No nos podemos olvidar de los factores genéticos y los medio ambientales. Una persona que nace o vive en África es distinto a si lo hace en Noruega. Su microbiota será distinta atendiendo al medio donde está. Algunos investigadores estudian la obesidad en poblaciones indígenas obesas, parece que su microbiota no está especializada en metabolizar la comida de tipo occidental muy procesada.
Cuando se produce un desajuste en la colonia de microorganismos, nos encontramos con una microbiota disfuncional, provocando una DISBIOSIS, un desequilibrio cuantitativo y cualitativo, que va a repercutir en su funcionalidad y en la pérdida de diversidad, nos encontramos con un ecosistema donde se pierde la sinergia.
Tipos de microorganismos que forman la microbiota:
-Microorganismos mutualistas, son los que nos aportan todos los beneficios.
-Microorganismos patógenos, los que nos enferman. Siempre tenemos un poco y no pasa nada mientras las otras las mantengan a raya.
-Microorganismos comensales, cumplen funciones intermedias, y pueden ayudar a las mutualistas o a las patógenas según quién domine.
Las causas que provocan esta disbiosis están asociadas a:
-el uso de ciertos medicamentos (antibióticos, antiinflamatorios, antiácidos…)
-la alimentación, dietas ricas en azúcares simples, en proteínas, pobres en fibra, consumo de alimentos procesados…..hábitos muy frecuentes en la dieta occidental
-por enfermedades intestinales, infecciones, sensibilidad al gluten…
– estrés, sedentarismo, falta de descanso.
El desequilibrio en la microbiota da lugar al desarrollo de microorganismos menos beneficiosos en detrimento de los buenos o beneficiosos, nos encontraremos con un perfil disfuncional y pérdida de la diversidad microbiana.
La disbiosis o una flora intestinal desequilibrada se asocia a numerosas patologías y afecciones.
-Mala absorción y metabolización de ciertos nutrientes
– Fermentaciones que dan lugar a productos que erosionan la pared intestinal
-Un sistema inmunológico mal regulado, atacando a partículas del propio cuerpo o dejando pasar a intrusos peligrosos asma
La disfuncionalidad de este ecosistema se traduce en patologías y enfermedades: alergias, enfermedades inflamatorias crónicas, migrañas, enfermedades autoinmunes, obesidad, diabetes tipo 2, depresión, cansancio , esteatohepatitis no alcohólica….
Son muchas las afecciones que están relacionadas con la mala salud del ecosistema intestinal.
Prebióticos y probióticos ayudan a mantener una microbiota saludable.
La comida nos trae por un lado probióticos, es decir: bacterias vivas.
Pueden venir de alimentos fermentados, pero también de cualquier fruta o verdura fresca, sobre todo si son orgánicas, porque la tierra está llena de microorganismos.
Por otro lado, la comida nos trae prebióticos, que son todas esas fibras y sustancias que nuestras bacterias consumen.
Cuantos más prebióticos variados se consuman, más se potencia las diferentes bacterias especializadas. En cambio, si consumimos grandes cantidades de pan blanco, arroz, azúcar… estos contienen cantidades masivas de siempre el mismo tipo de carbohidrato, y entonces van a alentar siempre a las mismas pocas bacterias, que se van a desarrollar mucho en detrimento de las otras y así es como podemos perder esa diversidad.
Para cuidar nuestras bacterias, debemos cambiar, educar y mejorar la alimentación:
-Tener una vida con actividad física y respetar las horas de descanso
-Consumir verduras a diario, en las comidas principales. Las verduras deberían ser la base de nuestra alimentación
-Consumir tubérculos, que poseen efecto prebiótico
-Consumir frutas variadas
-Proteína de buena calidad de origen animal.
-Aumentar el consumo de grasas saludables ricas en Omega 3, aceites vegetales, frutos secos…….
-No tomar productos precocinados o demasiado elaborados
-Eliminar el azúcar refinada
Ya conoces la importancia de este ecosistema que habita en nuestro intestino, merece la pena cuidarlo.
